Deshidratación de alimentos

Deshidratación de alimentos

La deshidratación consiste en eliminar el agua o la humedad de los alimentos para conservarlos: los microrganismos que provocan la descomposición no pueden desarrollarse en ausencia de agua. Se puede deshidratar todo tipo de alimentos, desde  frutas o vegetales (incluidas flores, hierbas aromáticas o plantas medicinales) hasta carne, pescado, pasta fresca, algas... o una mezcla de verduras para preparar sopa. Además el deshidratador devuelve la textura crujiente a las galletas y al pan, ayuda a fermentar la masa del pan…

La deshidratación conserva perfectamente las cualidades nutricionales de los alimentos, ya que al trabajar con temperaturas poco elevadas solo se pierde agua y se mantienen intactas las proteínas, vitaminas, minerales… Además ofrece unas características muy interesantes en la cocina: los alimentos conservan su aroma y un gran porcentaje de su color y aspecto, tomando una consistencia más ligera; los sabores se concentran e intensifican: las frutas se convierten en golosinas al concentrarse el azúcar; se pueden obtener texturas diferentes jugando con distintos grados de deshidratación, desde chips crujientes (recomendamos usar para su corte las mandolinas Lacor que puede encontrar en nuestra página) a texturas tipo “gominola”, como los orejones; pueden elaborarse tentempiés sanos y fáciles de llevar al trabajo o de excursión; o pulverizar los alimentos deshidratados para usarlos como condimentos; y, por supuesto, pueden volver a hidratarse. Económicamente, se puede aprovechar la compra de productos de temporada a buen precio para disfrutarlos a lo largo del año, o aprovechar excedentes de cosecha propia.

Usar un deshidratador eléctrico es muy sencillo. Su funcionamiento se basa en generar un calor suave y prolongado que circula entre las bandejas agujereadas de su interior en las que se depositan los alimentos. Para obtener los mejores resultados solo debe tener en cuenta unas sencillas normas: las bandejas inferiores son adecuadas para trozos más gruesos, carnes o pescados, y las superiores para alimentos más delicados; no deben superponerse los trozos, debe dejarse espacio para que el aire pueda circular; en cada bandeja los alimentos deben ser del mismo tamaño. Los deshidratados deben conservarse en recipientes adecuados, para que no se deterioren con la humedad ambiental.

Publicado el 27/04/2014 Pequeño electrodomestico 0 6227

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